Aprender a respirar bien
- Ulises de Esparta
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Aprender a respirar correctamente nos permitirá relajar tensiones a la vez que mejoramos nuestra capacidad torácica. Además, al centrarnos en la respiración conseguiremos una correcta oxigenación y aumentaremos nuestra energía.
Es posible que nunca nos hayamos detenido en este detalle ¿Respiro de forma correcta? ¿Recibe mi organismo el oxígeno del modo más adecuado? No podemos saberlo, la respiración es un acto involuntario y tan natural que apenas tenemos demasiado tiempo en detenernos siquiera a pensarlo… pero esta, es sin duda una buena oportunidad para hablar sobre ello, para tomar conciencia de que aprender a respirar es una asignatura indispensable que hará mejorar nuestra salud. ¿Quieres saber cómo?
Emociones y respiración
“Dime cómo respiras y te diré cómo vives”. Esta es una frase muy ilustrativa que viene sencillamente a decirnos, que nuestras emociones, nuestras ansiedades y ritmos de vida, determinan directamente la respiración. Pensemos por ejemplo cuando sentimos miedo, cuando algo nos impacta y nos embarga la preocupación: lo primero que hacemos es cortar la respiración a nivel de plexo solar, dificultando enormemente la correcta absorción del oxígeno.
Y es que lo queramos o no, los hábitos de las sociedades actuales no benefician en absoluto nuestra salud… la prisa, la preocupación, provocan que nuestra respiración sea rápida e incompleta, consiguiendo que solo lleguemos a aprovechar una pequeña parte de nuestra capacidad pulmonar, impidiendo una óptima oxigenación y por defecto, dificultando los procesos metabólicos que nos ayudarán a mantenernos jóvenes y con un correcto estado de los tejidos de nuestro organismo. Debemos tenerlo en cuenta.
Se ha demostrado científicamente que el mejor tipo de respiración existente capaz de calmar nuestra respiración y aliviar tensiones, es la diafragmática: relaja los músculos y fomenta la concentración. Y no sólo eso, este tipo de respiración purifica el sistema respiratorio al expulsar el aire viciado de los pulmones oxigenando así los glóbulos sanguíneos. Es el mejor ejercicio de respiración que existe, psicológicamente, la respiración diafragmática induce al desarrollo de la confianza en sí mismo, aumenta la energía psíquica y estabiliza el estado de ánimo.
Mejor por la nariz
Primer consejo: la respiración empieza por la nariz, nunca por la boca. ¿Y eso por qué? Sencillamente porque la nariz es la encargada de limpiar y filtrar el aire, de humedecerlo, de acondicionarlo para que penetre en buenas condiciones por nuestras vías respiratorias.
Ejercicios para mejorar la repiración
- De pie o sentado, con la columna recta, derecha, y respirando siempre por las fosas nasales, inhalamos primero a través de la nariz llenando la parte inferior de los pulmones, consiguiendo así la indispensable colaboración del diafragma. Cuando desciende, notaremos como se va hinchando poco a poco el abdomen, elevándose a su vez las costillas, el esternón y el pecho, para finalizar con esa ligera hinchazón de la parte alta de los pulmones y la parte superior del pecho, como si nos tirasen del cuello.
- Una vez finalizada la inhalación vamos a intentar retener el aire… unos tres segundos.
- Ahora exhalamos muy despacio metiendo poco a poco el abdomen, expulsando todo el aire para aflojar al final pecho y abdomen.
Si vamos repitiendo estas sencillas instrucciones día tras día, notaremos como al final, esta forma de respiración ocurrirá de forma casi automática sin que lo notemos. Podemos intentar por ejemplo practicarla ante un espejo, colocando una mano sobre el abdomen y otra sobre el tórax, de manera que podamos ver y sentir los movimientos, comprendiendo así el mecanismo de la respiración hasta darnos cuenta de que es realmente sencillo. Vale la pena intentarlo, actos tan simples como estos conseguirán que poco a poco vayamos desenredando mejor el nudo de nuestras tensiones, actuando como un efecto sedante para aflojar esas cuerdas que nos hostigan por dentro abocándonos a las conocidas situaciones de estrés.
Respirar bien es sencillo y saludable… ¿Y tú, lo haces correctamente?